En chinga

Es el estatus que tendría todo este tiempo en mi messenger, de no ser porque me encanta estarlo cambiando a cada rato. Así es, señores, señoras, niños, niñas, muchachos y muchachas, me la he pasado en chinga estos días, traduciendo a otros países "con prisas".

Ha llegado noviembre y el proyecto que teníamos planeado hacer su debut en los primeros días, está casi terminado. Ayer tuvimos junta, mañana tendremos junta, tal vez pasado también. El trabajo aumenta pero aún así me doy mis ratitos libres (para no perder la cordura ni la vista, de por sí estoy medio ciega). Hemos avanzado mucho estos días y estoy contenta, además de ávida por empezar a poner mi sonrisa de "mira-lo-que-te-vendo-es-perfecto-para-tí", imprimir contratos e ir llenando "la empresa".

A pesar de que en el post anterior me quejaba de que el dinero se me estaba acabando, he llegado a inicios de Noviembre muy bien, gracias a que presté dinero a papá y a Cetoshito. Veo los préstamos como un "ahorro", es dinero con el que no cuentas porque no sabes cuándo te lo regresarán (si es que te lo regresan), pero cuando te lo devuelven te saca de apuros.

Con el dinerito extra pagaré el Güerfanito que le debo a mi cuñis (a ver si ya me lo manda, junto con las cajas y etiquetas nuevas), además del regalo para mi amiwi que cumple años este mes y que también aprovecharemos para celebrar su reciente divorcio.

En casa, los papás están tratando sus diferencias maritales, ya no hay discusiones (o será que ya no las escucho), ni tensiones en la atmósfera. Quizás también sea porque he estado saliendo con mamá de paseo cada Domingo, el sábado pasado nos fuimos a este lugar (en el que quizás haga mi bodorrio jijiji), donde pasamos un fin de semana agradable. Si quieren referencias del lugar les puedo decir: Atención excelente y personalizada, lugar agradable, comida deliciosa, paseos accesibles, lleven bañador, repelente de insectos, disfruten las hamacas, vayan a la cascada, naden, naden, naden, paseen en kayak, rodeen las islas, relájense y olvídense de todo lo que los agobia. Ah y tomen muchas fotos, el lugar se presta.

Mamá se relajó tanto que el dolor de sus manos desapareció (por lo cual, insisto que es una manifestación física de su estado emocional malsano). Nomás regresamos y le volvieron a molestar. Sigue yendo al médico a revisiones y exámenes. Aunque ella parece haberle encontrado la solución al asunto, hace días me preguntó: "¿Qué haremos este domingo?"

Móndriga, me pone entre la espada y la pared.

Así que este fin de semana estoy en la disyuntiva, salir o no salir. Si salgo, me atraso. Si no salgo, ya no voy a salir hasta en diciembre (siendo un poco extremista).

Un día que me pierda por ahí, no le hace mal a nadie ¿o si?    :3