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29 oct 2010

Noticias

BUENA

¡Ha llegado mi cheque! ese que la universidad me mandaría por mi pendejez de haber pagado un semestre de más, no pregunten.

MALA

No lo he cobrado.

BUENA

Ayer mi amor me invitó a cenar, rentamos una película y me acurruqué entre sus brazos mientras veíamos matanza de zombies (Zombieland, recomendada)... Llegué a las 3am a casa.

MALA

Me tuve que levantar a las 9am a trabajar, tengo sueño.

BUENA

Mañana salgo a la presa, fin de semana de relajación. Regreso el Domingo.

MALA

No sé qué carajos llevar de ropa.

BUENA

Uno puede bañarse en el río.

MALA

Río+Vegetación+Costa = Jejenes  
¡Help!

BUENA

Dormiré con Cetoshito.

MALA

Mamá y su amiga estarán en la habitación de al lado. Noche romántica MODE OFF

BUENA

He entrado al Ragnarok de nuevo.

MALA

Está igual de lento y sigo igual de pobre que antes, realidad y ficción, es el colmo.

BUENA

Estoy a punto de acabar por fin "Prince of Persia: The two thrones".

MALA

Se ve que estará peor que los gemelos desgraciados en los que me atasqué por años  .

BUENA

Por fin pude echarle un ojo al webcómic que me recomendó Marian.

MALA

Mamá estaba detrás de mí cuando apareció el dibujote con ESTO.   






BUENA

¡Ya se acaba Octubre!

MALA

También mi dinero... ¡noooo!

25 oct 2010

En busca de Bucéfalo

Salí con la esperanza de montar un caballo entre la densa hierba, el caballo sería hermoso, negro azabache y de espíritu indomable -aunque terminara con el trasero en el suelo-, claro que suelo tener una imaginación muy activa por lo que mi Bucéfalo, aquél caballo parecido al de Alejandro Magno, en la realidad terminaría siendo el caballo de un tal Alejandro Pérez, qué se le iba a hacer, tampoco me iba a poner muy exigente, con una silla de montar y un caballito me conformaba.


Entrada y lago
Llegando el rancho fue una maravilla, aparte de bonito, lujoso y bien cuidado, ver sus puertas me traía la noticia de que mis nalgas no iban a sufrir más, llevaba más de una hora sentada y ya comenzaban a recordarme lo duro que tengo los huesos. Salté prácticamente del auto con mi "mariconera" para observar el precioso panorama, hectáreas y hectáreas de árboles, pasto, caminos, cabañas, lagos y animales. ¡Aire puro!
No digo que en mi pueblito bicicletero no se pueda respirar, que quede claro que está libre de smog y demás gases tóxicos, pero es bueno respirar en un lugar que no te recuerda que tienes trabajo por hacer, un familiar que te falta, tu cuarto sucio, el calor y la presión que tienes porque todo lo que estés haciendo salga bien. No un domingo cualquiera, sino un domingo para relajarse, no televisión (con pinches noticias horripilantes), ni otras distracciones. Oh bueno, sólo caballos, tirolesa y motos.

"Hace tiempo que ya no tenemos caballos"

Uta mare... Ahora sí me iba a ver ridícula con mi sombrero de "cowboy", ni modo, lo bueno que había poca gente y a quien quería impresionar estaba en un estado zombie por no haber dormido bien la noche anterior, quién le manda.

"Pero tenemos motos, tirolesa, cacatúas, guacamayas, monos araña, cañas de pescar por si quieren ir al lago, bar, restaurante y 87 hectáreas donde pueden hacer lo que quieran" - administrador paciente

¡¿87 hectáreaas?! - Preguntaron mamá, su amiga y mi novio.

¡Quiero ver los monos! - Hely


:( me arrepentí de ir a verlos
Pobre administrador, le llovieron preguntas y coqueteos (culpen a la amiga de mi mamá), el hombre era amable y se prestó para contarnos todo lo que quisiéramos saber del rancho, antes no salió huyendo con la cantidad de información que requeríamos. El resto del día se mantuvo atento y considerado, nos la pasamos bien gracias a él y los demás empleados.

Tomamos bebidas, aspiramos el aire, nos acabamos los frijolitos con totopos y rentamos dos motos. Con lo bien que se me dio manejar la moto en otro pueblito (inche aparato incontrolable), mejor le di la oportunidad a Cetoshito de que me llevara a perder por el bosque, así mejor me enfocaba en tomar fotos y acurrucarme en su pecho mientras él se preocupaba por las grietas de los senderos. Esto último no me salió tan bien, en especial cuando íbamos de bajada por alguna ladera y la grieta sonreía siniestra en el piso. Antes no le dejé marcas de uñas a la moto.

Llevábamos 20 minutos de paseo cuando él se detuvo y me preguntó si quería manejar, apenas toqué la chingadera y se jodió, así que ahí estuvimos hable y hable por el radio con el personal del rancho (aparato que nos dieron porque nos vieron cara de "¿era-por-el-sendero-de-la-izquierda-o-el-de-la-derecha?").
En lo que veíamos qué hacer, nos metimos a la jaula con las cacatúas, habían dos blancas preciosas que podíamos acariciar, otra que le encantaba morder mi huarache y las demás nomás pasearse de un lado a otro. Salí picoteada por los jejenes, pero la foto con el pajarote nadie me la quita (en primera porque todavía no la tengo).

Al final terminamos usando la moto que traían mi mamá y su amiga, esas dos se la pasaban botadas de la risa subiendo y bajando colinas, hasta después nos enteramos que había sido porque P. (su amiga), nunca aprendió reversa en la pinche moto y tuvieron que empujarla cuando el camino se les acabó. Supongo que eso pasó en la división que pasamos Cetoshito y yo minutos después, una donde el sendero se dividía en dos, por la izquierda un caminito plano entre pequeños árboles y matorrales llenos de flores (imagínense una canción de cuento de hadas), por la derecha un camino curvo intrincado con árboles oscuros, ramas secas y el sendero que parecía perderse en una bajada peligrosa. Glup.

Utilizamos ambos, el primero terminó en un lugar feo. El segundo, después de 10 minutos terminó en el lugar feo del primero (?). Después de la insistencia de Cetosh de "que sí vamos hacia el restaurante, recuerda que todos los caminos van a Roma" y la mía de "¡que no! nos estamos perdiendo más", llegamos a la conclusión por investigación empírica de que sí, efectivamente, el desgraciado tenía razón, el camino llevaba de nuevo al restaurante. 

¿Se nota que no me gustó?

Obviamente la aventura terminó, las nachas me dolieron más y terminé con la sensación de que algo me hacía falta entre las piernas, ¡la moto!. Tomamos muchas fotos, disfrutamos de la naturaleza, comimos mucho y reímos más,  claro que mamá no dejó de recordar a mi tía, eso supongo que tomará más tiempo.


Restaurante
Por lo pronto, ya tenemos planes de ir el siguiente domingo a otro rancho, esta vez a quedarnos en una cabaña y bailar como locos alrededor de la fogata (ejem, eso planeo por lo pronto, no sé si los demás quieran).

Llevaré mi sombrero, ¡Bucéfalo!
¡Arre!


20 oct 2010

Volviendo a la realidad

Estas semanas han estado pesadas, mi tía falleció al día siguiente en que escribí mi post anterior, el día del entierro fue crudo, ya no tenía el nudo en la garganta, dejé salir todo, los reproches, la ira, la tristeza, puedo decir que incluso me reí. Mi familia es de las que saben reírse incluso cuando la vida les da una bofetada, en el funeral de mi abuela materna estuvimos contando anécdotas y riéndonos, en momentos nos abrazábamos y decíamos lo mucho que la extrañaríamos (que hasta la fecha lo hacemos), en otros recordábamos cómo discutía con mi abuelo por cualquier cosita. Pero no recuerdo haber llorado por horas, ni que nos pusiéramos a recitar versos de "Ave maría..." y cosas así. Lo mismo pasó con mi abuela paterna y hace poco, con mi tía.

Claro que nos afectó, perder a un ser querido no es fácil, despedirse tampoco. Uno no se acostumbra a esto.

Ni nos acostumbraremos.

Pero aprendemos a vivir con ello, a su debido tiempo, en especial en estas fechas cuando confirmamos que ella no aparecerá más, no pasará a saludarnos, ni la veremos quejarse del calor o reírse, días en los que nos "cae el veinte" y volvemos a la realidad, esa donde ella ya no se encuentra.

Aquella realidad en la que aún tenemos trabajo (mientras dure), amigos, familia, sueños, metas e ilusiones.
Aún tenemos que cuidar a aquellos que están vivos.

Nos toca seguir

El próximo post será más feliz, por lo menos intentaré que lo sea. ¡Saludos!