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25 ago 2016

Malditos traumas de la niñez


Crecer no es fácil

Menos con personas haciendo de tus características físicas fuente de burlas o apodos. Me acuerdo que antes si eras víctima de estos tratos y lo denunciabas  la cosa se ponía peor por ser el soplón del grupo, tanto que a veces hasta tu propio padre en vez de apoyarte te regañaba "pos o le pones en su madre ¡o te aguantas!" eso fue lo que dijo el mío cuando tenía 13 años y sufría acoso por parte de una compañera.



Esos padres tan lindos


Ahora existen hasta campañas antibullying, firmas para comprometer a los niños a respetar a sus compañeros y bastante información sobre cómo prevenir o detener estos acosos. Pero hay quienes dicen que el bullying es necesario, que es lo que nos hizo fuertes, que los niños de ahora son unos chillones sensibles, que a ellos los educaron a base de golpes y por eso ahora son más seguros de sí mismos y tienen gran respeto a otros. ¿En serio? 

Pos como ex víctima de bullying puedo confesar que en mi caso, no.



Kínder, Primaria y Secundaria fueron las etapas más difíciles para mí. 
 

En el Kínder un niño me acosaba, le gustaba darme besos y abrazarme, quizás en algún momento a su mami le pareció gracioso decirle que lo hiciera una vez y me agarró de su cochinito, por culpa de este chiquillo ya no salía al recreo y tenía que comer en el salón todo el tiempo. La directora se apiadaba de mí y me traía comida pero la muy jija de su maiz jamás le puso un alto al chiquillo.
A mi mamá también le parecía gracioso y jamás pensó que me afectaría en un futuro a la hora de socializar pero sucedió.

En Primaria este niño volvió a estar en mi salón como dicen por ahí "pueblo chico, infierno grande" y gracias al cielo sólo me torturó unos meses. Sin embargo el salón se volvió de nuevo mi búnker y sólo salía para comprar comida. Era tan mala en los deportes que nadie me quería en sus equipos. Para colmo, mamá le pidió a la estilista que me cortara el pelo cortito al estilo Natalie Portman en "El Perfecto Asesino" pero obviamente no me veía como ella sino como el principito valiente. Para los años finales la mayoría de las niñas se desarrollaron convirtiéndose en jovencitas preciosas y en cambio, yo parecía la "trasvesti" del grupo.


Cómo no identificarme con Eleven cuando por fin se sintió como bella niña


Secundaria, aún sin tetas, sin amigos pero con videojuegos. Súmenle lentes y ropa horribles, hiper delgada, sabelotodo (ventajas de leer mucho), callada, bien portada y favorita de los maestros y sabrán por qué era objeto de bullying. No tenía apodos pero el trato diferente y preferencial que recibía por parte de los maestros y la directora hacían que me apartaran del grupo de niños. Esto más tarde provocó que una compañera se vengara humillándome enfrente de los demás, ya sea tumbándome al suelo o levantando mis faldas, los demás sólo reían. Más tarde me enteré que la directora me mencionaba como "ejemplo de comportamiento" y alababa a mis padres como "ejemplo de educación perfecta en casa" ante los otros padres de familia en las juntas. Estos padres llegaban a casa y regañaban a sus hijos también usándome de ejemplo "¿Por qué no puedes ser como fulanita?"

No fui invitada a la mayoría de quinceañeras y a los pocos que me invitaron mi padre no me dejó ir :(


Para preparatoria fui Eleven de Stranger Things con la peluca rubia ilusionada, gracias al cielo medio aparecieron mis curvas y aunque me alejé de las faldas escolares por fin fui atractiva para los jovencitos. También al igual que Eleven conocí la amistad *-*. Fui linda hasta que me reventaron la nariz con un balonazo y a partir de allí salí diferente en todas las fotos. xD

A pesar de que mis inseguridades aún existían en la Universidad fue el verdadero cambio en mí, dejé los lentes, dejé mi bloqueo "social", dejé la cuevita del hermitaño y me animé a conseguir más amigos. Entonces conocí el amor *0* que me volvió más segura aún, tumbó pareces y abrió espacios en mi ser haciendo de mí una persona más completa, amada y segura. ¡¿Qué importaba ahora que me vieran por lo friki que era?! o no tuviera una religión, aquí era amada aún siendo diferente. Justo lo que me hacía falta ¡Gracias universo!


Sin embargo y a pesar de que hayan pasado años que me haya vuelto "fuerte" como dicen que te hace el bullying, muy dentro de mí sigo cargando esas heridas de la niñez. Sí, ahora sonrío cuando me dicen flaca o sabelotodo pero muy dentro siguen llegándole los golpes a la niña a la que le dijeron que ser flaca no era bonito, que debía evolucionar para convertirse en jovencita a determinado tiempo como un pokémon, a la que le dijeron que los videojuegos y los pantalones eran para niños, a la que nadie le gustaba, a la que todos le llamaban "matadita", claro que le siguen afectando.



Y aún puedo verla algunas veces, cuando me piden que pose para una foto y de antemano me digo que no voy a salir bien, no me pongo algo "tierno" o de "niña" porque alguien me dijo que no va conmigo por mi edad, o cuando me gusta un vestido hipersexy pero no me lo compro porque siento que no tengo el cuerpo para lucirlo.


Aunque haya pasado mucho tiempo, aún sigo luchando contra el viejo acoso


¡Nos leeremos pronto! ;)